Esta es la mejor manera de limpiar la bayeta y el estropajo (y no hace falta lejía)
Las bayetas y estropajos que usamos cada día para limpiar nuestras cocinas son algunos de los lugares favoritos para vivir de los gérmenes. Un estudio publicado en Scientific Reports descubrió que en ellos pueden llegar a colonias de miles de millones de bacterias de 362 tipos distintos por cada centímetro cúbico. Por si fuera poco, algunas de las variedades pueden ser peligrosas para nuestra salud, por lo que mantener una correcta higiene es fundamental.
«La única forma de que no se acumulen bacterias es reponerlos con frecuencia», explicó a esta revista Miguel Vicente, profesor de Investigación del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología y miembro de la Unión Internacional de Sociedades Microbiológicas. Según los autores del estudio, lo ideal es cambiarlas cada semana, algo que hace un porcentaje muy pequeño de la población. La mayor parte de personas suele renovar sus estropajos y bayetas cada dos meses (un 29% y un 38% respectivamente), apunta una investigación realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que desvela que solo un 14% de los encuestados cambia su estropajo tras usarlo entre una y tres semanas, y 16% hace lo propio con las bayetas.
La alternativa suele ser la de desinfectarlos en casa y para hacerlo cada uno tiene su técnica: meterlos en el lavavajillas o en la lavadora, en el microondas con agua hirviendo, limpiarlos con lejía o lavarlos con jabón. Sin embargo, no todas ellas son igual de efectivas. Algunas pueden incluso empeorar la situación y proliferar la aparición de más gérmenes, afirma el estudio publicado en Scientific Reports.
El estudio llevado a cabo por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado la efectividad de estos métodos de desinfección en una prueba que han llevado a cabo con la ayuda de sus socios, y concluye que solo dos de ellos son capaces de eliminar los microorganismos patógenos analizados (la prueba ha analizado la desinfección en microbios aerobios mesófilos y enterobacterias). El primero es dejar los estropajos y bayetas en remojo con un 10% de lejía durante cinco minutos. El segundo —y más sorprendente— enjuagarlos con agua, aclararlos, escurrirlos y dejarlos secar. Ambos procedimientos obtuvieron el mismo resultado: ningún germen sobrevivió a ellos.
En las otras tres técnicas sobrevivieron distintos tipos de gérmenes. Un ciclo en la lavadora (un electrodoméstico muy útil para lavar textiles) acabó con todas las enterobacterias, pero el 17% de los aerobios mesófilos (que indican la salubridad de los alimentos) sobrevivió en las bayetas, y un 36% lo hizo en los estropajos. Un minuto de microondas no evitó que sobreviviera el 19% de las enterobacterias ni el 40,5% de los microbios aerobios mesófilos. La peor manera de limpiar estos utensilios de cocina, según esta investigación, es lavar las bayetas y los estropajos en el lavavajillas; no solo no elimina los gérmenes, sino que hace que proliferen.